Traje negro, zapatos de tacón y ese collar con muchas estrellas.
La música sonaba lejana, "mis oídos no están preparados para tanta la armonía, para ese derroche de belleza", me dije.
Un "guau" me devolvió a la realidad.
Ni vestido negro, ni zapatos de tacón.
Del collar que pendía de mi cuello las estrellas comenzaron a volar y como lluvia suave, se incrustaron en mi piel para siempre.
Sonaba el concierto "Grillos en Si Mayor"
Y una luciérnaga iluminaba el gran escenario.
p.d. Gracias por la invitación
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