La merienda

¡A la playa!
Toda la idea era darse un chapuzón y secarse al sol.
Monto el campamento en un lugar que encuentro libre, estaba alta la marea.
Muy cerca una niña de dos años, mas o menos, queriendo ir al "aba".

Su mamá la sujetaba por un brazo ya que le "faltaba" por merendar: un plátano gigante, una pera, fresas, un yogur y dos rebanadas de no se qué. "Después, te dejaré jugar e ir a bañarte".
La pequeña me miraba buscando complicidad, lo leía en sus ojitos.
Mientras fui al agua, (un buen rato), me sequé al sol y recogí el tenderete, ella seguía allí comiendo, sentadita.

No se la razón, pero durante el regreso a la ciudad me invadió un sentimiento de impotencia.


2 comentarios:

Anónimo dijo...
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