Erase que se era una luciérnaga.
Para poder contemplarla desde muy cerca Purimari y Antónluis tuvieron una ocurrencia, meterla en un tarro de cristal: "aquí será nuestra para siempre y tendremos luz todas las noches de verano".
A los pocos segundos de saberse allí, atrapada, Luci dejó de brillar, para siempre.
A los pocos segundos de saberse allí, atrapada, Luci dejó de brillar, para siempre.
¡Que fiesta!
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